Retazos del 2017.

"Volver a empezar" es una peli de Garci, una canción de Pablo Alborán, una calle de mi barrio y una sensación que camina cerquita, cuando se acaba el verano y volvemos al cole y cuando la hoja del calendario es un uno del uno. 
Hay años que ni fu ni fa y hay años que ufff y fuck. 
El mío es de los segundos. 

Cualquier cosa será un A.P o D.P, un antes de papá y un después de papá, porque hay momentos, ausencias y presencias que lo cambian todo, para bien y para mal. 

Decir adiós a mi padre ha sido tremendo. 
Sin más. 

Pero le siento en cada paso, en cosas enanas y absurdas, nuestras cosas, en sonreír al pronunciar la palabra salitre, en el café, en un caracol que camina lento, en una radio que sintoniza radio olé, en las sevillanas de Rafael del Estad. Aquí y allá, su sombra será siempre alargada. Afortunadamente.

Vivimos y nos morimos, qué putada tan grande, pero que suerte vivir lo vivido. 
No se trata de encontrar unicornios más allá de Orión. Se trata de ver el palito de madera al que agarrarse, mientras se nada en una balsa de mierda. 

De imaginarse a Chiquito de la Calzada entrando en el salón con mi tío, saludando a mi padre y a los que andaban por allí esperando, cantándose una saeta y debatiendo sobre el gobierno.

Porque no todo ha sido muerte y destrucción en este año, me lo he pasado como una enana. 

Bodas de Skyfall y ron. Viajes de cuatro días, cuatro ciudades. Bari, con sus italianos del sur que no hay Dios que les entienda, y no hablamos de idiomas. Nuestros aguacates, le ragazze, los panzerotti,  el mejor jefe del mundo, mil batallas por llegar. Venecia, JO-DER con Venecia. Un mes entre Barcelona y Valencia, en pleno proceso independentista, con un autocar lleno de niños. Los audios después de tomarse unos copazos ruteros. Las supervivientes de Vallecas, la sensación de sentirte arropada aquí y allá, pase lo que pase, mis chicas. Estar a un tris de entrar en la lista de morosos del banco, descubrir cómo sería caer en un agujero negro, sobrevivir (gracias mamá), flipar. Mi whatssap lleno de vídeos y fotos de nuevos bebés. Our Queen y el león, siempre pendiente en la retaguardia. Amigos que no te ponen en la lista negra, aunque no les llames por su cumple. Lacitos algo desatados que vuelven a reforzar el nudo. La libertad de elegir el camino y a quien te acompaña. Mini conversaciones random. Los besos a deshora, que son los más ricos. Billetes de avión y tren, de ida, de venida, auto cancelados y last minute, con abrazos de hola y abrazos de hasta luego. Mi familia entera, tal y como somos y tal y como nos queremos, con las vidas que no me llegarían, ni siendo un gato, para dar las gracias por tantas cosas. Mis sobrinas y sus abrazos calentitos. El origami. Mi novela de zombies que ya tiene 100 hojas. La Latina. Las sociólogas (los sociólogos). Volver a Florencia, no recordar una calle, pero visualizar hasta la ropa que teníamos en el eramus. Mamá, Mary, Rosqui. Los Free Tour y la brizna de hierba. La música y los videoclips imaginarios. Lo que esté por llegar...

Un trocito de mí viajando contigo, un trocito de ti quedándose conmigo
Rosqui_instagram

Anónimo dijo...

Que voy a comentar a esto...que te quiero

Mamy

Rosqui dijo...

No creo que haya comentarios mucho mejores :) :) <3

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