Superar la ansiedad

Tenía el post en mente y la llegada del calor, con la revolución de la primavera, me parece un buen momento para hablar de la ansiedad. 

Tener ansiedad y estar nervioso no es lo mismo, la primera hace que no pienses con claridad, que cada día sea muy complicado y que te acompañe constantemente la sensación de estar desbordado mental y físicamente. 

Y dentro de la ansiedad para mí hay dos estados, el día normal, en el que te encuentras fatal en términos generales y el día que te da un ataque de ansiedad y los síntomas y el descontrol se multiplican por mil.

Yo no soy psicóloga, ni lo pretendo, ni me gustan los post de autoayuda ni aquellos que están llenos de tips generalistas que hablan de bienestar; pero hace unos diez años viví una de las épocas más complicadas de mi vida, un cuadro de ansiedad y de depresión del que tuve que tratarme con la ayuda de un especialista y recurriendo a la medicación. 

Así que os hablo desde la experiencia, porque conversación tras conversación, me he dado cuenta de lo reconfortada que se siente la gente cuando les dices que has pasado por lo mismo. 

Lo primero de todo: la ansiedad se supera. No voy a deciros que me alegro de haber vivido aquella época, pero jamás hubiera aprendido tanto sobre mí misma ni me hubiera concentrado tanto en corregir mi forma de enfrentarme a la vida, si no hubiera sido por ella. Así que antes de empezar, mensaje positivo, repito, la ansiedad se supera

No estás loco ni eres un caso aislado, según la OMS (Organización Mundial de la salud) 

"Los trastornos mentales comunes están en aumento en todo el mundo. Entre 1990 y 2013, el número de personas con depresión o ansiedad ha aumentado en cerca de un 50%, de 416 millones a 615 millones."

Por lo tanto olvídate del tabú de comentar cómo te sientes, porque tras la primera frase empezarás a descubrir cabezas que asienten con ese gesto de "uis, esto también lo he vivido" 

La ansiedad tiene dos frentes, el físico y el mental. 

Físicamente es horrible y a cada cuerpo le da por una cosa, vomitar, frecuentar el baño a la carrera, sentir hormigueo, sensación de desmayo o ahogo, dolor de cabeza, temblor, sudor frío. 

Controlar estos síntomas físicos es de las cosas más complicadas de la ansiedad, pero para mí tiene un truco. 
Vamos a partir de la base de que la ansiedad está muy relacionada con el miedo, luego lo hablamos. Cuando sintáis un síntoma físico, no os acojonéis, sed conscientes de que tiene un principio y un final y de que pasa. 
- Vale, me está subiendo el sudor frío por la espalda, en un segundo se convertirá en calor y después desaparece.
-Ok, me tiembla el pulso, es solo un síntoma de la ansiedad, es desagradable pero no pasa nada. 

Me refiero, no dejéis que el síntoma se haga fuerte y os domine, tenéis que ser capaces de controlarlo o por lo menos de que el síntoma no genere una alarma que haga aumentar la ansiedad. 

La ansiedad es muy traicionera y a veces cuando parece que controlas algo físico tu cuerpo decide manifestarse con algo nuevo. Yo he pasado por retortijones, sudores fríos, que se me durmiera la cara, vista nublada, sensación de desmayo, sarpullidos de los subidones de temperatura, temblor de manos... Y aquí sigo. 

Mentalmente la ansiedad es el caos. No se piensa con total claridad, nos metemos en un bucle de errores mentales y la sensación de desasosiego es terrible. 
La ansiedad juega con el miedo, el miedo a eso físico, a desmayarte o morirte de algo terrible, a estar loco, a hacer algo horrible, a enfrentarse a una situación o a nosotros mismos. Y como tenemos la mente muy mal educada y cuesta mucho ejercitarla en la dirección correcta, nadamos hacia el fondo. 

Hay que madurar mentalmente, no hablo de edad ni de dejar de hacer el gilipollas, hablo de enfrentar las situaciones o a nosotros mismos de una forma en la que no nos desmorone el hacerlo. 
Todos tenemos mierdas acumuladas, somos personas, nos hacen daño, hacemos daño, nos equivocamos con ansia, o nos encontramos con situaciones muy complicadas o muy jodidas. 

Vale, pasarlo mal es normal, no hay una vida en la que no haya un momento horrible, y hay situaciones en las que estar nervioso, más triste, deprimido, frustrado, irascible, airado y lo que sea, es lo propio, y bien está, respondemos a lo que nos pasa, pero todo eso no puede traducirse en entrar en un estado de ansiedad del que no podemos salir. 
Todo pasa, no significa que tenga un final feliz, significa que pasa y cambia a otra cosa y con el tiempo a otra distinta, No podemos quedarnos atascados rebozándonos en la mierda. 

Y de ahí qué, hay que aprender a pensar y liberarse poco a poco de cosas que acaban haciendo que tengamos ansiedad: 

Deja de montarte historias: lo que sea será, vale que fantasees un rato con una situación y con cómo vas a decir esto o aquello, pero STOP, mil vueltas mentales a una historia no van a cambiar la historia real. Lo sabemos, aunque parece que no lo asumimos, así que corta el grifo. Cuenta ovejas, ponte a limpiar las rayitas de los azulejos, haz diez abdominales o lo que quieras, así hasta que seas capaz de parar con un simple: -Fin de la historia, no pienso más.
Mi muletilla es: agur por irreal o improbable, y cambio de tema. 

Carpe Diem I:  Ojito con esto, que hemos visto muchas pelis y nos imaginamos dejándolo todo y marchándonos a montar un bar de copas en la playa. Todos tenemos responsabilidades, no asumas más de las que son tuyas, pero las que son tuyas te las comes. Puedes irte donde te de la gana, pero ojo con la fantasía, tendrás que vivir de algo ahora y tendrás que vivir de algo cuando seas viejo. Hay gente a la que estás ligada y si cambias de sitio te ligarás a otra gente. Huir es una tentación, pero huyes contigo mismo y el que no está bien no está bien en ningún lado.

Carpe Diem II; aprovecha el momento porque no vuelve, no te cagues, te vas a seguir equivocando y te van a doler muchas otras cosas en la vida, pero tener ansiedad no te deja disfrutar como se merece, hay que hacer un esfuerzo por cambiar el estado de ánimo.

Ya, ¿y el estado de ánimo cómo se cambia? Oblígate, haz lo que quieras, pero oblígate. canta por el pasillo: un tallarín con otro tallarín, pinta, cocina, apúntate al gym, sal a la calle y queda con alguien aunque no te apetezca nada. Lo que quieras, pero no te recrees en el oh que mal, oh que mal.

Vamos a ver, si un día estás fatal y te puedes quedar en casa, te quedas, pero nada de hacerlo norma. 

El pasado está pasado. Tu yo de hace diez años no es tu yo de ahora, eres tú, sí, pero eres un tú diferente. Asume lo que tengas que asumir de tu vida pasada, perdónate o perdona, o no perdones pero supera u olvida. Lo que sea, pero si algo te pesa se anda más despacio. Nada es fácil, pero crecer mentalmente es muy gratificante. Vale, déjate algún fantasma sin limpiar, no aspiramos a ser perfectos, pero toda la mierda del pasado no cabe en tu presente. 

Sé egoísta, dí no: hay personas para las que decir que no es muy complicado, a las peticiones más fáciles o a las más difíciles, parece que decir no implica fallar o ser desleal. Al final vives la vida de todo el mundo menos la tuya. O pringas con las responsabilidades de otros, que es todavía peor. 
¿Qué haces tú cuando te dicen que no? ¿Matas a alguien?, ¿retiras saludos?, quiero pensar que no. Pues tres cuartas de lo mismo y que cada uno haga lo suyo y cuando no es no, es no. Si a alguien solo le interesas cuando dices sí o cuando les haces la vida más fácil, no pinta nada en tu vida. 

Lo que lleva a: selecciona de quién te rodeas. En la medida de lo posible rodéate de gente que no trata de joderte, básicamente, o que no llena tus horas de dramas o mierdas. Como no siempre es posible, si tienes que tragar con alguien así, traje de aceite, me resbala, me resbala, pero que no te hagan daño. 

Sal del bucle y cuanto más difícil sea hacerlo, más tienes que empeñarte, porque más cosas tienes que solucionar en tu cabeza. Al final la ansiedad es un síntoma. Tenemos herramientas mentales que nos ayudan a liberar tensiones, pero cuando soportamos mucha presión la mente no es capaz de ponerlas en marcha, se desborda. 

Otros consejillos de sufridora: 

Por cierto, nada de hacer dieta en momentos de ansiedad. Intenta no comerte todo lo que pilles porque no te vas a sentir mejor después, e intenta comer aunque no te entre una palomita. Pero nada de dietas, que aumentan la sensación de ansiedad.

Lo mismo para dejar de fumar. Procura no fumarte media tabacalera, pero el momento de dejarlo te aseguro que no es este.

Procura dormir. Sí, es mega complicado, acuéstate y respira o tararea todos los grandes éxitos de quien sea para no pensar y autoalimentar la ponzoña, pero la mente necesita descanso real.

Deporte: amor puro y verdadero. Ve al gimnasio como una sombra si quieres, pero el deporte hace "milagros".

Apaga la tele más de lo que lo haces en momentos normales, casi que veta el telediario o los contenidos que te produzcan malestar, ya volverás a ser un televidente si te apetece. Nada de ordenador a todas horas, ni de coña antes de dormir, silencia de una vez los grupos de whatssap y no lo mires cada tres minutos. 

Habla con quien te conoce y en caso de que te notes muy descontrolado, pide ayuda profesional.  De una sesión a otra se adora, se odia, se endiosa o se duda de los conocimientos del psicólogo. A nadie le hace gracia que toquen su interior, pero hacen falta y son muy buena ayuda. 

Ponte mini metas, cosas insignificantes pero que te den la sensación de ir avanzando. No te martirices si no las cumples, puedes posponerlas, son una ayuda no una carga más. 

Escribe tus miserias y después las rompes y las tiras.
Escribe tus momentos "me descojono", sin melancolías o nostalgias, cosas geniales con las que hayas estado muerto de risa. Absurdas, zafias, vengan de donde vengan y léelas cuando estés entrando en el bucle. 

Asúmete: esto no va de justificar todo con un "es que yo soy así", no justifiques lo que sabes que haces mal, esto va de mirarte de tú a tú, que solo tú (casi) te conoces y asumir qué haces y cómo lo haces. Vas a vivir contigo toda tu vida, tómatelo en serio, porque esta parte es acojonantemente básica.

No a la victimitis; tienes ansiedad, sí. Necesitas más mimos y más comprensión, sí. Pero habrá gente a la que le dé igual y puede que te tiente la idea de dar un extra de drama para que te mimen más. Error garrafal.

Y por el amor de Dios, deja de quejarte: no vas a mudarte al reino de las piruletas, pero todo lo que te rodea no es basura. Siempre hay algo bueno, me da igual si lo mejor del día (o del Día) es una oferta de tus yogures favoritos al 2x1. Busca lo bueno en lugar de centrarte en lo malo. 

Con todo y con esto, a veces ante una racha de buenos reveses te darán ganas de dejarte llevar por el error | horror mental, pero si has hecho bien los deberes, te darás cuenta de que las cosas siguen siendo tan duras como la vida misma, pero que la forma de enfrentarte a ellas no te sume en la miseria, o no en el grado que lo hacían antes. 

En fin, hace diez años de mi "episodio terrorífico" y a día de hoy no solo no me produce ninguna angustia recordarlo, sino que tengo un buen número de anécdotas dignas de camisa de fuerza con las que se deleita mi familia. 
Me han quedado "secuelas", qué esperabais, no bebo alcohol porque me recuerda a los momentos de descontrol mental, o no puedo ir a conciertos o sitios donde hay mucha gente porque se me dispara la ansiedad a tope. Pero vamos, seda comparado con aquella época.

Diez años después he aprendido una barbaridad y me siento muy orgullosa de lo andado, no es un orgullo del de "mira que bien lo hago", es un orgullo personal inmenso. Cuando me da el pelotazo, que alguno me he comido cuando la situación me ha roto los esquemas, me he sentado y me ha temblado el pulso, me he levantado a fumar a las tres de la mañana, he llorado y de todo un poco, Pero sabía cuál era el problema, si tenía o no solución, y sobretodo, que pasaría.

Como último friki consejo: si no podéis parar de llorar, poneos frente al espejo y mirad como hacéis los pucheritos. Al rato de veros hacer gestitos puede que dé la risa.

En fin, la vida mola mucho, miserias incluidas, es una pena buscar más problemas de los que hay que tragarse por narices. 

A los que andáis en momentos duros, ánimo, nada es fácil, pero todo tiene su recompensa. 

Mis dos frases favoritas de aquella época (pulsera grabada incluida) 
No hay árbol que el viento no haya sacudido. 
El sol, aunque no se vea, sale cada día. 

Lluvia_cristal_tren


Celina dijo...

Gracias por compartir...te quiero

Chema Leal dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Lo primero: GRACIAS
Lo segundo: yo toda la teoría me la sé. Pero luego es tan jodido llevarlo a la práctica cuando estás mal, muy mal (mareadísimo, por ejemplo). Y tengo experiencia no creas. Son ya diez años con “esto”.
Y por último, GRACIAS otra vez. Al menos leer algo que se asemeja mucho a lo uno siente reconforta en cierta medida y, por supuesto, da ánimo. Un saludo

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