¿Os imagináis que desaparecemos espontáneamente? ¿Qué pasaría con nuestras mascotas, nuestras fábricas en funcionamiento, nuestras ciudades?
Pues eso mismo han pensado los creadores de "La tierra sin habitantes".
Los animales se escapan del zoo, las fábricas explotan, las presas se desbordan y nuestros monumentos más conocidos caen.
El documental tiene un trasfondo concienciador sobre el efecto que causamos en la naturaleza. Yo ya estoy concienciada, así que lo he visto porque soy catastrofista y me gusta ver esos montajes de ciudades donde los árboles se comen los cimientos y la Torre Eiffel cae a plomo, no voy a engañaros.
El reportaje es largo y como comprenderéis, si el mundo está desolado, solo queda un narrador en off. Así que no se os ocurra verlo al mediodía con una manta en el sofá, porque no llegáis al minuto diez.
Amigos, bienvenidos a la tierra sin habitantes.
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