Ayer volví al cine, ¡y al pasado!, me declaro fan incondicional de Super 8 por su ñoñismo, su estética, el buen rato que me hizo pasar, y los niños gorditos y delgaduchos, con pecas y con cara de bobillos, con su aparato, sus gafitas, y un pie en la niñez y otro en la adolescencia.
Aunque la peli está recomendada para mayores de 7 años, creo que está hecha para los que nacimos en los 80 y décadas anteriores.
Me encantó el momento en el que aparece ¡¡un walkman!! Igual que muchos sentiréis nostalgia al ver la cámara Super8, entre otros detalles que te llevan tiempo atrás y que son tan buenos.
Una peli entrañable, de esas que hablan de los primeros novietes, de aventuras con amigos, de relaciones padre-hijo, de como se extraña a quién no está. Nostálgica, pastelosa e infantil, que no está nada mal de vez en cuando.
El argumento aunque no es de la leche, está salpicado de momentos muy divertidos, muy propios de la edad de los pipiolos.
Chavalines que están grabando su propia peli de Zombies, (¿Cómo coño no voy a ser fan???), y en medio de la grabación se encuentran con un accidente de tren de dimensiones acojonantes, y a partir de ahí se desencadena la catástrofe.
El ejército como malo malísimo intentará acabar con algo que se debe ocultar, y que está causando estragos en la población del pequeño pueblo de los protas. ¿Qué será, será? Pues no debería desvelarlo, pero voy a hacerlo, así que podéis dejar de leer... aunque es previsible.
Uis, ¿seguís leyendo?¡cuidado que voy! Es un monstruo. ¿De los de toda la vida? Pues mira no. E.T era un sol, Los Gremlins eran unos cachondos, los Critters tenían su punto, y todos hemos imitado alguna vez a Sloth de los Goonies, con su mítico "Chocoooolate"
A este le falta algo, yo puesta a hacerme un clásico de los 80 en el 2011, le hubiera dado más carácter al ser, que aunque acorralado e indefenso, pasa sin pena ni gloria, con el peso que tiene en la historia.
Si bien, a mi se me olvida que el monstruo sea lo peor cuando veo a los niños con esa ropita de antes, con la luz de las escenas, con el tonteo entre los protas, y con ese papel tan estereotipado de cada uno de ellos, que a mi me sabe a gloria.
Divertida, es divertida.
Simple y previsible, pues también.
Pero entrañable y divertida.
Pero que más da, el cine no es un sitio al que ir siempre con gafa pasta, y da igual si JJ Abrams y Spielberg han hecho menos de lo que se esperaba de ellos, como he leído por ahí, o si la peli está llena de efectos especiales.
Solo por volver un rato a esa edad que hace mucho que pasamos, y ver a los niños en pleno apogeo, gritando, riendo, llorando, corriendo y peleando, merece la pena.
Y si os animáis a verla, ¡no salgáis del cine cuando empiecen los créditos! la peli de Zombies de estos pequeños pedazo artistas del género, también está incluida en el lote.
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