Solo puedo decir que después de conducir mi flamante R5, mi queridísima Pulguita, acabaré convertida en piloto de fórmula1.
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Dicen que los coches viejos son los mejores para aprender, no cabe duda, tener un coche del que hay que tirar del aire, sin dirección asistida y con la mítica ventanilla que baja perfecta, pero sube a mano, que no a manivela, curte.
Y vayamos al capítulo 3020, ese en el que mi coche y yo decidimos calarnos en medio de un cruce de caminos bastante transitado.
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Sábado, las muy pronto de la mañana, me dirijo al curro cuando Pulguita decide que los crispies no le han dado la suficiente energía y se para.
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Nos rodean, por todos los lados nos atacan coches malotes que quieren que lloremos al volante y de repente aparece una luz blanca en medio de la guerra ¿He muerto? ¡NO! Es un pedazo madero en una lechera que me sonríe y me dice, tranquila.
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¿Que como le oí? Pues evidentemente no le oí, pero entendí el gesto. Es lo que pasa, que cuando te pones en modo cinematográfico a cámara lenta, la capacidad de captar los detalles es acojonante. Claro que la historia hubiera sido mucho mejor si el tío hubiera decidido bajarse y ayudarme, que hubiera significado aparcar mi coche y llevarme.
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Llego a mi destino y aparco como una campeona, a pesar de mi deficiencia.
Efectivamente, soy reconocida popularmente como una tía resuelta e inteligente, pero no soy capaz de entender la lógica que relaciona la marcha atrás y la dirección que debe tomar el volante. Yo nunca he dicho que fuera lista.
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Pero aquí no acaba todo, me acerco a renovar mi ticket de la hora y conozco a un abuelillo que me da la chapa insistentemente, mientras hablamos de mi máquina de conducción.
Todo bien, hasta que me voy a mi coche y a lo lejos el hombre se gira, me mira y me hace la señal de la cruz.
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¿Perdonaaaa? Que soy supersticiosa caballero, con un suerte me hubiera bastado.
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Mi próximo reto es la M-30... ese inhóspito lugar en el que nos enfrentaremos con otra de mis paranoias que se centra en ¿cómo coño me va a dar tiempo a reducir si voy en quinta y me encuentro en un atasco?
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Yo la primera vez que subí mi coche a Madrid lo dejé tres meses aparcado en Príncipe Pío (antes se podía) y me moví en metro... Y eso que ya tenía bastantes años de carné y había pasado por varias motos y dos coches ;-)
Ánimo...
Jajajaj vaya tela tu también después de haber pasado por dos coches y varias motos, si es que Madrid da miedito! :0
Pruff no me hagas pensar en los años de carné que me lo saqué hace 7 añazos... los mismos que he estado sin cogerlo!
Asiias por los ánimos :)
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