Pero que no cunda el pánico, este abandono es por prescripción médica y psicológica, por lo tanto podéis acudir al bar de mi barrio sin miedo (mejor si evitamos la franja horaria de 15.00 a 16.00, por respeto solo).
En breves comenzaré a despedirme además de los antidepresivos y con todo el dolor de mi corazón (y más de mi hígado), me veré obligada a beberme esas copillas que no me tomado durante este año.
Será duro volver a las resacas.
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